Es una de las decisiones más difíciles de tomar. Porque siempre implica riesgos. Sacarlo puede significar que entienda que las soluciones rápidas son mejores que enfrentar un problema. Dejarlo, que nadie lo puede ayudar. Las circunstancias personales, la edad y personalidad del niño, la dinámica familiar, la respuesta del colegio, dicen los especialistas, son claves para saber qué hacer.